La carta astral es un mapa del cielo tal y como lo vemos, pero este también incluye la mitad invisible del cosmos que quedaría por debajo del horizonte. Así, simbólicamente, el círculo central del mapa representa la Tierra, donde nos encontramos nosotros. A nuestro alrededor, los doce signos del zodiaco forman una banda circular a lo largo de la eclíptica, ocupando cada uno un espacio fijo de 30 grados. Dentro de este espacio se mueven los planetas, pasando, a distintas velocidades, de un signo al siguiente en circuitos ininterrumpidos.

La carta astral se puede también entender como un mapa de la situación kármica del alma. La ley universal del karma dicta que cada acción tiene su reacción, y los planetas pueden considerarse como las manos de un  reloj que nos indica «la hora kármica». Así pues, la carta es una representación gráfica, de la suma de nuestras actividades pasadas que forman la base de la existencia física y psíquica actual. Como toda representación, esta es susceptible de ser leída, brindando información valiosa acerca del porqué y el para qué de nuestra vida y las condiciones actuales de esta.

Así, un análisis de la situación astral revela los puntos fuertes y débiles en la encarnación actual y le ayudará a ver donde darán frutos sus esfuerzos y en qué aspectos hay que cultivar tolerancia y paciencia para superar con éxito las dificultades, las tensiones y los obstáculos.

Para la elaboración de la carta astral son indispensables tres datos: tu fecha, hora y lugar de nacimiento, son estos los parámetros que nos permitirán levantar el mapa.

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